domingo, 14 de noviembre de 2010

Lentes empañados

Tal como se lo imaginaba, como lo presintió, los lentes se le empañaban y por cada brazada que daba se le empañaban más y más, nada parecido a la neblina que se apodera de la mañana en pleno invierno acompañada con un olor a mar incomparable. Esto era diferente, era una neblina muy pegada a sus ojos con un olor a cloro constante, caliente, que apenas le permitía distinguir las figuras que ingresaban al recinto. No se quejaba, lo toleraba, tal vez, de cuando en cuando, se sacaba los lentes y los enjuagaba en el agua de la piscina en un intento inútil de que se limpiaran para seguir nadando en incontables vueltas a la piscina. A ella, ciertamente, no le disgustaba nadar.

Entre las figuras que distinguía se encontraba una silueta femenina que la observaba con cierto apego, paciencia, muchas veces vestida de azul, inmóvil...muy paciente, maternal. Ella, ahí, con los lentes empañados sabía que aunque no pudiera totalmente distinguirla, aquella figura le devolvía cada mirada con una sonrisa que provocaba que ella nadara lo más rápido, lo más fuerte posible, igualando a los niños que se esfuerzan por terminar la tarea y salir a jugar.

Ella se apresuraba para dejar los lentes empañados percibir que la esperaban e irse a casa a descansar con la figura azul que la miraba como asintiendo cada esfuerzo que hacía, cada estilo practicado, cada brazada bien lograda. La hora se pasaba rápido si nadaba más fuerte.

Sin embargo, cuando los días y los años se fueron llevándose mucho y dejando muy poco, ella siguió nadando con los mismos lentes empañados, con la misma bruma muy pegada a los ojos, con las mismas figuras irreconocibles que entraban y salían, con el mismo olor a cloro muy caliente y con la misma figura azul acompañándola haciéndose más presente por cada vuelta nadada, cuando más se empañaban los lentes. Ahora, no había prisa por salir de la piscina, por nadar más rápido, por quitarse los lentes e irse a casa, ahora, ella quería quedarse con los lentes empañados por el resto de su vida.



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