Resolución N° 02: Aceptar que todo cambia: Este año ha sido el año de cambios, de darme cuenta que las personas, las circunstancias, los lugares comunes o frecuentes, se van, no duran para siempre. A lo que me refiero es que, incluso aquellas amistades de hace 10 años, enrumban nuevos caminos, cambian de forma de ser, se pierden o se acercan. Cada persona tiene su historia que las condena (si ellos lo quieren) o las rejuvenece (si ellos lo permiten). Este año he tenido de todo, amigos de hace mucho tiempo a los que aún quiero mucho pero por una cuestión de salud mental y sicológica decidí decirles "Chau, que te vaya bien, te deseo lo mejor de la suerte" y amigos que no estaban en mi reducido y cerrado radar que aparecieron en los momentos que más lo necesitaba. Esos ángeles que aparecen en el momento preciso y sin que te des cuenta te dan señales que te dicen que no estás sola, como en algún momento lo pensaste, que esa familia por elección que son tus amigos realmente existe.
Y a pesar que, en sí, aceptar el cambio es muy difícil porque estaba acostumbrada a contar con los mismos amigos de toda la vida, es necesario dar oportunidad a que vengan nuevos referentes, nuevos pilares y nuevas fortalezas. Los amigos que dejaste atrás los has de recordar para toda la vida, los querrás para toda la vida, SIEMPRE ocuparán un lugar importantísimo en tu corazón; cuando escuches de sus logros te alegrarás aunque en mucho de los casos no los entiendas pero los valorarás y recordarás que en algún momento compartieron momentos inolvidables que no se han de borrar jamás. Podrán los rumbos, si la vida y el destino y las personas lo permiten, volver a encontrarse. Se podrá reconstruir la confianza mutua, la empatía, la risa sincera. Este año me he dado cuenta que es imposible "desechar" gente, borrarlos de tu mente y de tu corazón es una tarea inútil, es un flajelo innecesario y hostil. Las personas que han formado parte de tu vida siempre van a ser parte de ella aunque se alejen, aunque te alejes. En tu mente siempre vas a escuchar sus palabras, sus risas, sus ironías, sus bromas y te reirás sola escuchando, quizás, una canción que, alguna vez, compartieron. No, es imposible eliminar gente de tu vida, como lo haces en el facebook. Al fin y al cabo, no se trata de un click, se trata de recuerdos, de vivencias, de alegrías, de lágrimas, de consejos sinceros y puteadas en general. Borrarlos o eliminarlos es como si te estuvieras negando a ti misma y para masoquismos ya tuve bastante.
Los ángeles que ahora tengo y disfruto mucho se encuentran ahí, presentes y aunque distantes o en otro continente sé que puedo contar con ellos en los momentos menos esperados, con un mail o un chat en el facebook, un raje por teléfono, un café en la noche, un disco compartido, una película a medio terminar, una canción posteada en tu muro, unos chizitos en la puerta de tu casa, una bailada a las 4 de la mañana, un comentario en tu blog, un jenga derrumbado en pleno restaurante, un helado en la hora de almuerzo, unos piscos en día lunes, unas rosas en mi escritorio.
Esta canción me acompañó muchos meses este año. A pesar que es triste, no me puede dejar de gustar.
".....volveremos a sentir aquella entrega"
Esta canción me acompañó muchos meses este año. A pesar que es triste, no me puede dejar de gustar.
".....volveremos a sentir aquella entrega"
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