Ella: Gracias, no sabes cuanto me ayudan cada uno de los consejos que me das, aunque, a veces, te escuche un poco duro o me duela mucho escucharte.
El: No tienes nada que agradecer, pero es que, en serio, le tienes que poner ganas porque si no nunca vas a ser lo que quieres ser y ¿sabes qué?, tú das para muuucho más pero por cosas tontas o flojera te quedas en el mismo lugar de siempre.
Ella: Sí lo sé, creo que necesitaba a alguien que me lo dijera así de claro. Voy a aplicar cada una de tus ideas, en verdad me parecieron muy interesantes y geniales. Tú vas a ser mi editor o mi manager cuando sea una escritora famosa.
El: No, eso no. Yo no quiero ser tu editor ni tu manager. Yo quiero ser tu esposo y ya.
Ella:....
